sábado, 4 de abril de 2009

Ética Marzo 2009 Cuento






DIVAGACIONES ÉTICAS






Laura Marínez Domínguez






Mientras acaricia al gato que en un presente le ha dado por comer filosofía y pasear por las habitaciones con migajas metafísicas en los bigotes como si eso no importara, una mujer se resiste a abandonar su cama; el reloj con tono pausado le da un tanto de licencia al marcar las 6:00 AM.
Es demasiado temprano, a esa hora ella no es capaz de comportarse como un ser humano amable y juguetón; es demasiado temprano, pero sabe que no podrá volver a conciliar el sueño.
Ayer, el personaje aquel que apareció de sus sueños le ha recordado que ella alguna vez se preguntó ¿Qué es la vida? Y no sólo eso, sino ¿Cuál es la manera correcta de vivirla?
La araña despierta con los pensadores cristianos entre las patas, enredados en su doble actitud frente a la ética, grita temerosa de que a ella también la absorban en lo religioso. El reloj la hace callar con una de sus manecillas, el gato salta de la cama y la mujer deletrea la palabra ética. Fue el personaje aquel que apareció de sus sueños quien la dibujó en sus labios en respuesta a la pregunta que ella tuvo la osadía de formular: ¿Cuál es la manera correcta de vivir?
El debió haberla aprendido de Sócrates quien al parecer centró toda la reflexión filosófica en la ética, o de Aristóteles quien fundó a la ética como disciplina filosófica, debió haberla leído en griego antiguo, en uno de esos libros que desafortunadamente no son una novela.
El gato vuelve a aparecer, trae a los cínicos enredados en el cuello, la mujer lo libera y se encuentra con su desprecio a las convenciones, y mientras lo hace se pregunta si esa será la forma de vivir éticamente; aunque ciertamente lo que mas le intriga es que debajo de su cama cohabiten los estoicos y los epicúreos y tarde o temprano el gato los haga subir a su cama y ella deba decidir entre la impasibilidad y el equilibrio, para así decir que vive conforme al concepto de ética.
Abandona la cama, el reloj aplaude marcando las 7:00AM, sigue siendo temprano pero ya es mas humana; es domingo, el día en donde las obligaciones se escapan por la ventana y las divagaciones pueden tener sitio frente al desayuno o la ducha pausada y sin prisa.
La araña al buscar por enésima vez la salida del reloj donde ha quedado atrapada se encuentra con un examen entre la vida teórica y la vida practica, en tonto que la mujer ignora a la araña y consulta el diccionario quien le responde que la ética son las normas que han regulado la conducta humana desde los tiempos prehistóricos hasta nuestros días.
La pregunta sigue en el aire: ¿Cuál es la manera correcta de vivir? ¿Cómo saber si esas normas adoptadas son las correctas? ¿Cómo relacionar a las normas y a los bienes, si el bien mismo no es definible mediante otros términos que puedan declararse sinónimos con él?
Y aunque Kant no tiene marco en la pared, de igual manera le responde que los principios éticos superiores son absolutamente válidos a priori. La mujer no escucha, de un tiempo para acá, siente que sus paredes son un mundo adlátere que tiene las respuestas inmediatas para sus dudas milenarias, para las preguntas que sin formularlas se materializan.
Se recuesta en el sillón de siempre, el que jocosamente alguien bautizó como el diván de las divagaciones; no se acomoda, el sillón le queda chico, grande, alto; la palabra ética aun no ha sido definida y la corrección vivida esta en pausa… quizá los pensadores modernos tienen razón al afirmar que es sentido común y al final del día es correcto afirmar que lo decisivo es que haya una explicación racional de las ideas o de las normas adoptadas y que esa explicación se derive de un examen de la relación entre la vida teórica y la vida practica; entonces podrá decir que ha vivido de manera ética… la mujer sonríe, la ética no es un concepto, es la suma de detalles a la que el hombre debe aspirar para vivir, simple y sencillamente.
El gato juega con algunos juicios éticos, con los prescriptivos ya que perdió a los indicativos, la araña se sienta en el número 5 a contemplar como pasa su vida, mientras el reloj entusiasmado le avisa a la mujer que es hora de salir a caminar, para encontrarse consigo misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario