martes, 1 de septiembre de 2009

Areté: Septiembre 2009 Filosofía de la Educación

Hola a todas las personas que siguen la publicación de Areté.

Innovando les presentamos la versión electrónica del texto, gracias al visor Scribd. Por lo pronto lo pueden leer directamente en la página o dando clic en la liga. Cualquier duda, aclaración o queja háganosla saber, déjenos un comentario o envíenos un correo a arete.cif@hotmail.com


Arete: Cuaderno de Divulgación Filosófica y Jurídica




Revista patrocinada por:

viernes, 31 de julio de 2009

Nueva Edición Electrónica

Hola a todos nuestros lectores,

Con nuevas noticias les presentamos la versión electrónica de Areté: Cuadernos de Divulgación Filosófica en su versión para descargar. Sólo tienen que dar clic en la imágenes que presentamos abajo y seguir las instrucciones de descarga de cada una.

Por lo pronto les agregamos las versiones de Junio-Julio y Agosto.

Si desean tener la versión impresa sólo escríbanos un correo a arete.cif@hotmail.com

Esperemos les agrade, y no olviden checar semanalmente nuestro blog: http://circulofilosofico.blogspot.com. Tendremos pronto sorpresas, archivos, broadcasting y programas de radio, todo con el fin de llevarles a todos la Filosofía.

Hasta luego,

Círculo de Investigaciones Filosóficas y Jurídicas

lunes, 20 de abril de 2009

MANIFIESTO DE LOCURA

Primera Quincena de Abril
Número 16, 15 de abril de 2009

Maria Fernanda Lara Ochoa


Da lo mismo, estar –jodida- que prender tu ausencia. El humo de la hierba café y el incienso de la torre sagrada.
Tirarse a un chileno en una nube de madera apolillada, que en un catre flotante en fango turquesa. Si tengo sueños peregrinos y turbios, o una resaca de piedra. Un orgasmo de barro o de hojalata.
La Venus ofreciéndome la Roma eterna, o un demonio su lujuria y desagrado convexo.

-Da lo mismo, exactamente lo mismo-

Patear la entre pierna al vago del perfil hebreo, que besarle su extrañeza.

(Extraño
- te extraño-)

Mojarme en sequedad y revolcarme en arenosa humedad. Vender mi –desnudo naufrago- y mi obra de Dalí.
Ultimar tu locura, o quitarte el anhelo.

-Alma de plástico frustrado,
Hijo del sexo, dueño de tiesas féminas-

Morder la luna frente al ciego, que gritarle silencios al sordo. Tararearle al niño canciones de cuna, enseñarlo a blasfemar.
Forrarme en hiedra. Labrarme en jade.
Vestirme hoy de pudor y mañana de aspecto humeante.

-Impostergable manifiesto de vanidad-
Escondite fugaz del anhelo hibrido.

Arrugarme por desternillar de más o por dormir en agua salada. Clausurar el himno somnoliento, que inaugurar la jaula cósmica de lo que entra y sale despavoridamente.

Tenerte en llanto ahogado,
que respires por las manos
y te asfixies en sombría soledad.

Ceder al devoramiento del sudor.
A la boca expiatoria de -efluvios consonantes-.
Al absurdo viril.
Al absurdo descanso.
Al absurdo infortunio.
En celo. En agonía.
En celibato, en desato.

EL FILÓSOFO COMO CONCIENCIA

Primera Quincena de Abril
Número 16, 15 de Abril de 2009





Marcos Gabriel Vázquez Dávila





A lo largo de mi corta estancia en el mundo de la filosofía he aprendido una cantidad de conocimientos divergentes o compatibles que pudiera citar en cualquier plática con el tal de hacerme la pose de una persona interesante, la cual ha leído libros y extraer las frases célebres centrales de un pensador con la que podemos resumir todo un sistema. Esta es la visión que se tiene de un amigo de la sabiduría, por ello es fácil inferir que dedicarse a la docencia es el único destino a donde podemos aspirar.
Desde el mundo de las ideas, el motor inmóvil, la ataraxia, el placer, Dios, el cogito, el loco espíritu que se despliega entre nosotros, la lucha de clases, el Dasein, la sociedad abierta, etc. son ideas con las cuales nos topamos a diario en nuestras aulas, las memorizamos y somos capaces, algunos, de repetirlas de memoria a los otros, páginas enteras de libros. Sin embargo, existe un problema con ello, nos limitamos así a ser historiadores de la filosofía pero no filósofos en sí, es como quien estudia cualquier otra profesión y no la ejerce (por ejemplo si alguien sabe medicina por lectura pero en su vida se ha parado frente a un cuerpo o tratado una enfermedad).
¿Quién es entonces un filósofo? O ¿Cuál parámetro podemos utilizar para denominar por qué lo es y los otros no? En la postura de algunos pensadores el término filosofía no existe, sino sólo la personificación de diferentes que se dedicaron a filosofar, dando un giro a la acción y no a un concepto abstracto, cuestión que es correcta, pero aún seguimos carentes de algún canon que lo describa.
Si alguna característica podemos adherir a los filósofos es la de ser conciencia de su época o del área a la cual se dedicaban, de ser aquellos que mediante el estudio y análisis dan cause al correcto desarrollo de cierto tema.
El filósofo es aquel que como Sócrates anda cuestionando y no se queda quieto con las dudas, pero también debe formular respuestas para salir de los problemas. Siendo más claros, la filosofía es como el daemon que molestaba a Sócrates, y este último es el filósofo.
Y es que todos han sido hijos de su época, ya sea como grandes y feroces críticos, u otros como siervos sustentadores de una situación de su época.
El trabajo era conocer a los clásicos para poder ver problemas análogos en el presente, pero también era el intento por reformular y replantear los problemas en su época, seguir siendo esos preguntones punzantes que no sacaban el dedo de la yaga.
Los comentaristas son importantes, los doctos en el conocimiento antiguo o específico hacen un trabajo importante, pero no lo es todo, es importante comenzar pensar a de nuevo, si los filósofos no trabajan en su área es claro que el resultado es tener una sociedad sin conciencia alguna.

sábado, 4 de abril de 2009

Ética Marzo 2009 Fotografías


Fotografías de: Alberto Piña


No escucho




¿Cómo vivir?




¿Por qué?


¿Qué...?



¿Qué es la vida?



¿Quién soy?





Una luz en mi






Ética Marzo 2009 Cuento






DIVAGACIONES ÉTICAS






Laura Marínez Domínguez






Mientras acaricia al gato que en un presente le ha dado por comer filosofía y pasear por las habitaciones con migajas metafísicas en los bigotes como si eso no importara, una mujer se resiste a abandonar su cama; el reloj con tono pausado le da un tanto de licencia al marcar las 6:00 AM.
Es demasiado temprano, a esa hora ella no es capaz de comportarse como un ser humano amable y juguetón; es demasiado temprano, pero sabe que no podrá volver a conciliar el sueño.
Ayer, el personaje aquel que apareció de sus sueños le ha recordado que ella alguna vez se preguntó ¿Qué es la vida? Y no sólo eso, sino ¿Cuál es la manera correcta de vivirla?
La araña despierta con los pensadores cristianos entre las patas, enredados en su doble actitud frente a la ética, grita temerosa de que a ella también la absorban en lo religioso. El reloj la hace callar con una de sus manecillas, el gato salta de la cama y la mujer deletrea la palabra ética. Fue el personaje aquel que apareció de sus sueños quien la dibujó en sus labios en respuesta a la pregunta que ella tuvo la osadía de formular: ¿Cuál es la manera correcta de vivir?
El debió haberla aprendido de Sócrates quien al parecer centró toda la reflexión filosófica en la ética, o de Aristóteles quien fundó a la ética como disciplina filosófica, debió haberla leído en griego antiguo, en uno de esos libros que desafortunadamente no son una novela.
El gato vuelve a aparecer, trae a los cínicos enredados en el cuello, la mujer lo libera y se encuentra con su desprecio a las convenciones, y mientras lo hace se pregunta si esa será la forma de vivir éticamente; aunque ciertamente lo que mas le intriga es que debajo de su cama cohabiten los estoicos y los epicúreos y tarde o temprano el gato los haga subir a su cama y ella deba decidir entre la impasibilidad y el equilibrio, para así decir que vive conforme al concepto de ética.
Abandona la cama, el reloj aplaude marcando las 7:00AM, sigue siendo temprano pero ya es mas humana; es domingo, el día en donde las obligaciones se escapan por la ventana y las divagaciones pueden tener sitio frente al desayuno o la ducha pausada y sin prisa.
La araña al buscar por enésima vez la salida del reloj donde ha quedado atrapada se encuentra con un examen entre la vida teórica y la vida practica, en tonto que la mujer ignora a la araña y consulta el diccionario quien le responde que la ética son las normas que han regulado la conducta humana desde los tiempos prehistóricos hasta nuestros días.
La pregunta sigue en el aire: ¿Cuál es la manera correcta de vivir? ¿Cómo saber si esas normas adoptadas son las correctas? ¿Cómo relacionar a las normas y a los bienes, si el bien mismo no es definible mediante otros términos que puedan declararse sinónimos con él?
Y aunque Kant no tiene marco en la pared, de igual manera le responde que los principios éticos superiores son absolutamente válidos a priori. La mujer no escucha, de un tiempo para acá, siente que sus paredes son un mundo adlátere que tiene las respuestas inmediatas para sus dudas milenarias, para las preguntas que sin formularlas se materializan.
Se recuesta en el sillón de siempre, el que jocosamente alguien bautizó como el diván de las divagaciones; no se acomoda, el sillón le queda chico, grande, alto; la palabra ética aun no ha sido definida y la corrección vivida esta en pausa… quizá los pensadores modernos tienen razón al afirmar que es sentido común y al final del día es correcto afirmar que lo decisivo es que haya una explicación racional de las ideas o de las normas adoptadas y que esa explicación se derive de un examen de la relación entre la vida teórica y la vida practica; entonces podrá decir que ha vivido de manera ética… la mujer sonríe, la ética no es un concepto, es la suma de detalles a la que el hombre debe aspirar para vivir, simple y sencillamente.
El gato juega con algunos juicios éticos, con los prescriptivos ya que perdió a los indicativos, la araña se sienta en el número 5 a contemplar como pasa su vida, mientras el reloj entusiasmado le avisa a la mujer que es hora de salir a caminar, para encontrarse consigo misma.

Ètica Marzo 2009

PINCELADAS ÉTICAS
Javier Gómez Torres
En el transcurso de nuestra vida diaria nos topamos con una gran cantidad de personas, de ideas e información: gente en las calles, nuestros amigos y los parientes, las imágenes que vemos en la tele o las revistas, las noticias en los periódicos… Así, por todas partes, vemos productos para comprar, deportes, noticias de luchas entre grupos armados, accidentes, películas, caricaturas, peleas, discusiones, música, dibujos en las paredes... Estamos tan acostumbrados, que ya difícilmente nos sorprenden.
Ocurre, entonces, que al estar tan acostumbrados a estas cosas, no le vemos mucho sentido preguntarnos si todo esto puede ser de otra manera; vaya, son tan parte de nuestra rutina diaria, que simplemente consideramos que “así es la vida”.
Hay quienes, sin embargo, piensan que la vida no necesariamente tiene que ser como nos dicen que sea. Deseosos de encontrar alternativas para hacer sus vidas, hay personas que se dedican a entender las razones por las que hacemos las cosas que hacemos; su ideal es poder encontrar alternativas para llevar un mejor rumbo de nuestras vidas. A esa forma de ser y de pensar, es lo que en términos muy generales podemos llamarle filosofía.
Ahora bien, un primer problema con la filosofía es la idea que tenemos de que es algo aburrido y complicado, de gente que vivió hace mucho tiempo y en lugares lejanos. Esta idea es la más común que se tiene sobre la filosofía y, prácticamente, a cualquiera que le preguntemos nos dirá eso mismo de ella.
Sin embargo, esta idea no podía estar más equivocada. Precisamente, como hemos dicho, aquellos que gustan de la filosofía son aquellos que se han atrevido a cuestionar lo que les han dicho del mundo y, así, encontrar su propio estilo de vida. Es aquí donde inicia la verdadera experiencia del que gusta de filosofar.
Una de las tantas cosas que los pensadores buscan responder es ¿por qué las personas no pueden vivir sin estarse insultando, robando o peleando? Para ello, estudian las diferencias entre las personas, las motivaciones de sus actos, así como posibles criterios para solucionar estas dificultades. A esta labor en especial, es lo que en filosofía llamamos Ética.
Como podemos empezar a imaginarnos, la Ética orienta sus investigaciones en una característica muy particular de las personas: sus costumbres. Estas costumbres tienen dos dimensiones muy particulares: la de las personas en su vida privada e individual, y aquella que tiene que ver en su relación con las demás personas y su entorno. A la primera le podemos llamar moral personal o carácter de la persona, y a la segunda la podemos llamar moralidad o costumbres del grupo. Así, preguntas como: ¿quién soy? ¿por qué me gustan sólo ciertas cosas y no otras? ¿por qué reacciono con miedo ante ciertas situaciones? ¿por qué me enojo tan fácilmente? ¿por qué no hago las cosas igual que los demás? ¿existe un destino para mi vida? ¿por qué muchas veces no sé qué hacer con mi vida? ¿por qué los demás no me comprenden?.. son preguntas acerca del carácter o moral personal, mientras que preguntas como: ¿me puedo quedar con el dinero de alguien más? ¿cómo debo comportarme en una reunión? ¿cómo me relaciono con mis padres? ¿por qué debo respetar las leyes de tránsito? ¿sirve de algo ir a votar en las elecciones? ¿debo ser honesto en mi trabajo? ¿cómo debo tratar a mi pareja? ¿cómo le hablo a mis amigos? ¿cómo debo tratar a las mujeres? ¿se vale que tenga mis propios gustos musicales y de vestimenta? ¿cómo debo comportarme en un restaurante? ¿debo ceder el paso cuando voy manejando?.. son preguntas más relativas a la moralidad del grupo en que me desenvuelva.
Todas estas preguntas están, de hecho, muy relacionadas entre sí. Tenemos en nuestra vida personal cuando nos lavamos los dientes, o en la manera en que caminamos; pero también tenemos costumbres sobre lo que pensamos de nosotros mismos y de las demás personas, sobre cómo reaccionamos ante el miedo, en lo rápido o lento en que nos enojamos, o qué tan bien podemos relacionarnos con alguien que no piensa igual a nosotros. Estas costumbres, esta forma de ser, se combina en una grande y compleja red cuando convivimos con otras personas: en comunidad. Así, podemos decir en términos generales, que al estudio completo de todas estas costumbres, la forma en que afectan nuestras vidas, y las posibles soluciones de ellas, es lo que podemos llamar Ética.
A esto es a lo que muchos pensadores han dedicado su vida, encontrando pequeños chispazos que intenten resolver la gran cantidad de problemas que afectan nuestras vidas; aprender sobre ellos y, sobre todo, aprender de ellos, es lo que puede hacer la diferencia en nuestra lucha por estar en paz y, vale decirlo, ser cada vez un poco más felices.

miércoles, 25 de febrero de 2009

¿Ser mujer? Moral y feminismo

C. A. Ordóñez

A Griselda Urquidi Flores





¿Qué es la moral? Cuando escuchamos esta palabra lo primero con lo que la identificamos es con un esquema normativo, basado en ciertos valores que deben su origen a ideas míticas, religiosas o ideológicas acerca de cómo debieran ser las cosas.
Kant, en el libro Metafísica de las Costumbres, identificaba en este sentido al deber como un imperativo de cumplimiento obligatorio: La moral es lo que debiera ser.
Podríamos entender a la moral como el conjunto de respuestas a la pregunta sobre las formas "correcta de ser", o en otras palabras aquello que nos diga o postule lo que debe ser y hacerse.
Ya explicado lo que entendemos por moral, me gustaría explicar más a fondo lo que ésta es, centrándolo en un problema concreto, a saber, la relación entre el feminismo y la moral, que plantearemos a partir de la siguiente pregunta: ¿cuáles son las formas correctas de ser mujer o, mejor dicho, como deben ser las mujeres?
–Claro está que yo no tengo en cierta forma "calidad moral" para responder a este cuestionamiento, lo que me interesa es dar una guía que cada persona pueda desarrollar un conocimiento propio de su moral–.
A esta pregunta, podemos responderla bajo los siguientes enfoques: Primeramente, buscando las maneras y modos en que se ha establecido históricamente la forma de ser de las mujeres, influenciada en gran parte por el dominio del género masculino sobre ellas. Segundo, entendiéndola como la construcción de una forma correcta de ser mujer, a partir de los movimientos feministas de inicios del siglo XIX y XX, influenciada por la lucha por los derechos políticos y civiles. Y por último, lo que sería una postura más actual, cuestionando por aquello que permita a las mujeres construirse a sí mismas.
El primer enfoque hace referencia al papel que la mujer tiene para el machismo (moral machista), la segunda al enfoque de la emancipación y la lucha por la igualdad (moral feminista), y la última hacia una antropología de género y una ética de las diferencias (a lo que yo llamo una moral humana).
Desde el punto de vista ético, el feminismo ha establecido que la moral no establece deberes propiamente dichos. El deber ser, o el como es correcto que sea algo, no se hace desde una perspectiva objetiva o fuera de toda consideración ideológica. Si alguien plantea una forma de ser de las mujeres, es más el deseo de cómo un cierto grupo considera que las mujeres deben ser de una forma adecuada a sus intereses.
No existe una moral femenina en el sentido de que exista una forma correcta de ser mujeres. Este fue un error del feminismo de primeros inicios, que plantea una forma específica de ser: la mujer emancipada, por encima de la idea de equidad.
El principio de la lucha feminista, y de la búsqueda de derechos para las mujeres, desde el punto de vista norteamericano y europeo se basaba antes que nada, en la necesidad de emancipar o empoderar a las mujeres en la vida pública. No obstante esta división de género lo único que hizo fue crear una igualdad ideal entre sexos, pero no una relación real inter-géneros.
Tal relación inter-géneros sólo puede lograrse a partir de una idea que fuese más allá del deber ser las mujeres, basado en la emancipación y la igualdad de facultades, entiéndase como derechos, entre hombres y mujeres.
De lo que se trata, a la hora de definir una visión moral de la mujer, es de darnos cuenta de que no podemos hablar de la mujer, sino de las mujeres; así como no hablamos de la cultura sino de las culturas. Visión que debe de darse bajo el pluralismo, donde la mujer no debe dejar de ser mujer o adoptar los "rasgos masculinos" para acceder a sus derechos, como lo postularon algunas corrientes feministas.
Esta nueva visión del feminismo cambió entonces de una postura que tratara de definir como es que las mujeres deben de ser, por un feminismo de la diferencia, que a la vez de incluyente a las diversas manifestaciones de la femineidad, incluyera asimismo la relación con la masculineidad.
Se trata entonces de reafirmar a las diferencias. Era obvio que el feminismo anterior pugnara por la igualdad, por que existían condiciones tan dispares entre los sexos, tratando de desaparecer a las diferencias porque parecían ser la excusa para la sumisión.
No obstante las diferencias, más que servir como escusa para la sumisión, se convirtió en la bandera que destruyó el deseo de poder de un género sobre otro, así como sucede de una etnia sobre otra. Lo anterior porque todo esquema colonizador o totalitario se fundamenta en ciertas ideas base a las que todos debemos de adecuarnos, en un solo modelo de desarrollo, un esquema político mayoritario, o en el caso que analizamos, de comportamiento.
Ambos géneros son diferentes entre sí y por tanto la relación entre ellos no puede basarse en el supuesto o en el deber de que sean iguales. Aunque si podemos ir equiparando las capacidades entre ambos.
Es decir, con la voluntad de dominio de un sexo hacia a otro se pretende homogeneizar las características propias de cada individuo, al servicio de una forma unificada y única de ver al mundo, que se conocen como ideologías excluyentes.
El nuevo feminismo abandona la marginalidad, y forma parte de las estructuras de gobierno, participa con las reglas del juego, buscando por supuesto modificar aquellas que impiden el cambio social.
Se trata entonces de una búsqueda de la equidad que permita facultar a las mujeres con los mismos derechos que los hombres se han adjudicado, pero teniendo en cuenta siempre las diferencias entre las personas. Para ello el género opuesto no puede quedarse atrás en los estudios en cuanto a sí mismo se refiere. La diferencia no radica solamente entre hombres y mujeres, sino de persona a persona, más allá de las características sexuales, ya que la diferencia es también cultural, social, económica, étnica, etc.
El nuevo feminismo no es una lucha en contra de los hombres, sino contra el modelo androcéntrico que se manifiesta en las normas sociales y jurídicas, donde los varones gozamos de mayores libertades que las mujeres.
En esta lucha (si es que es válida tal palabra) los hombres son también aliados, y los estudios sobre la masculinidad son una nueva forma de entender que las relaciones de género no pueden entenderse desde una perspectiva unilateral.
Ahora bien, Francoise Heritier, crea un concepto denominado la valencia diferencial de los sexos, para lo cual señala que las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres se han determinado por un sistema que busca a toda costa controlar la reproducción biológica, y por tanto a las mujeres, toda vez que son las únicas capaces fisiológicamente de llevar a cabo esta función. Así pues se establecen pautas culturales sobre un hecho biológico y se desprenden de ahí cuestiones como la división sexual del trabajo o la repartición de las tareas domésticas. Encontramos pues que la reproducción biológica se encuentra subyugada y determinada por la reproducción cultural que realizan las instituciones sociales las cuales establecen normas de conducta tanto para mujeres y como para los hombres.
El control de la reproducción, es tal vez la discusión más importante en la actualidad ¿hasta que punto es válido que el Estado (encargado de cuestiones públicas) tenga injerencia en decisiones de carácter personal, como es la reproducción y el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo? Aquí vemos claramente como la esfera privada se ve violentada por el Estado. Es por eso que tal ves la principal bandera del nuevo feminismo sea la lucha por los derechos reproductivos y por la libertad de decisión.
Esta cuestión tiene un trasfondo mucho más amplio y profundo que afecta no sólo a las mujeres, y es que la libertad de decisión en nuestras sociedades, ligada necesariamente al concepto de democracia, se restringe al mero acto de votar. Esto posiciona al nuevo feminismo bajo un parámetro que debe criticar al modelo actual, y hacer una propuesta fresca que empiece necesariamente por la construcción de una nueva forma de entender la democracia que entienda que el desarrollo no es posible sin que las personas tengan en pleno derecho de decisión. En este sentido, el nuevo feminismo es también la búsqueda del desarrollo como libertad.

viernes, 16 de enero de 2009

Divagaciones Filosóficas



Laura Martínez Domínguez









Las horas transcurren como solo pueden hacerlo cuando el tedio se instala entre ellas: lentas, pausadas y aburridas. El reloj ha bostezado por tercera vez consecutiva. La araña que en él habita ha perdido el sentido de su existencia, por lo que los fenómenos transitorios la tienen sin cuidado, sin embargo los principios inmutables la tienen particularmente entusiasmada. Una mujer recostada en el sillón los mira a ambos como si lograra seguir el pensamiento de la araña y cada uno de los bostezos del reloj.



Hace horas que observa el movimiento continuo de las manecillas, hace segundos que el último pensamiento que pasó por su mente se ha instalado en la nueva lista de obsesiones, en la que le recuerda que debe archivar cada fuente, cada conocimiento, cada momento.
Hace horas que Platón la observa desde su marco y ella se pregunta cómo una persona puede ser tan crítica y especulativa, tan racional y tan mística.




Ella logra ser racional con un gran esfuerzo, siempre debe vencer las ganas de tirarse de cabeza a las peores situaciones, siempre debe obligarse a ser congruente con cada idea adquirida, siempre debe ser critica consigo misma y sin embargo, termina por especular con un futuro mas bien incierto, ¿se pregunta de que le sirve saber lo que debe hacer si de igual manera termina por hacer lo contrario? Platón, desde su postura inamovible, le respondería que es el amor al saber lo que siempre nos lleva a encontrar la respuesta a cada pregunta.




Consciente de que una pintura no puede responderle y mucho menos disiparle dudas milenarias, hace acopio de su memoria y así recordar la última plática que ha tenido con el personaje aquel que apareció de sus sueños, el que una tarde como cualquier otra introdujo en su mente la palabra filosofía, y ahora recostada en el sillón, trata de desentrañar. Ha consultado a Descartes y este al igual que Platón solo le responde que se ocupa de la explicación de las verdades últimas, no le dice nada ¿o será acaso que debe hacer lo que Solón y viajar por tantas tierras como le sea posible con el fin de ver cosas? No lo cree; terminarían por llamarle filósofa y ella solo quiere saber lo que significa filosofía.




El reloj ha bostezado una vez mas, la araña ha dejado de moverse y la mujer se pregunta que era exactamente lo que estaba pensando… cierto, en la palabra filosofía, pero ¿Por qué? ¿De donde salió esa palabra? Ya recuerda, del ocio que lleva a la desesperación y la desesperanza, el que te hace repasar cada una de las conversaciones y ensoñaciones, en el que se sumerge cada vez que una de sus crisis se asoma por la ventana igual que la luna o las estrellas, ¿o es al revés? No importa. La palabra filosofía se ha instalado en su cerebro y es hora de saber que significa.




Así supo que quien había entusiasmado a la araña era Bacon, en tanto que el reloj debería escuchar seriamente a Wolff por aquello de las cosas posibles y los fundamentes de su posibilidad. En tanto el gato poderosamente divino, juega con los positivistas y su compendio general de la ciencia, lo que hace reír a la mujer porque alcanza a leer, antes que el gato desaparezca debajo de la mesa, que un filósofo es un especialista en generalidades. ¿Cómo te puedes especializar en generalidades? ¿Cómo puedes saber todo y a la vez tener en cuenta que no sabes nada?




El gato sale de la mesa relamiéndose los bigotes, la mujer se pregunta ¿Qué comerá? ¿Acaso encontró pedazos de filosofía y decidió digerirlos? Ella quisiera hacer lo mismo. Quisiera digerir la frase aquella que le dijo al oído que la filosofía es una actitud, un estilo de vida… la pregunta que se cuela por entre las hendiduras es que ¿Qué es la vida? ¿O cual es la manera correcta de vivirla?... el día ha tocado a su fin por lo que el reloj ha salido del extraño letargo, la araña aun no ha encontrado ni salida ni el sentido de su existencia, y el gato y la mujer simplemente han decidido salir a saludar a la luna.